Taller de Fotografía Responsable en Sa Dragonera
En colaboración con el Consell de Mallorca, el Parque Natural de Sa Dragonera y el CEIP Es Molins, y en el marco del proyecto PRO.GRE.S.S., hemos llevado a cabo una actividad de fotografía responsable, en Sa Dragonera, que ha dejado una huella imborrable en 12 estudiantes y una huella efímera en el propio Parque Natural.
La importancia de cuidar las cosas (pequeñas).
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y estamos de acuerdo.
El Certamen Audiovisual para la Conservación del Mar Balear (MARE) trabaja desde 2020 para sacar a la luz, a través de la fotografía, la riqueza de nuestro mar. MARE se sirve de esta herramienta para emocionarnos, cautivarnos y conectarnos con el mar. Nos muestra, con los ojos privilegiados de cientos de personas, su belleza y sus amenazas.
En MARE somos conscientes de la importancia de las imágenes para contar historias. Por eso, en colaboración con el Consell de Mallorca, el Parque Natural de Sa Dragonera y el CEIP Es Molins, y en el marco del proyecto PRO.GRE.S.S., hemos llevado a cabo una actividad de fotografía responsable, en Sa Dragonera, que ha dejado una huella imborrable en 12 estudiantes y una huella efímera en el propio Parque Natural.
Sa Dragonera es un lugar muy especial. Uno de los Espacios Marinos Protegidos con los que cuenta el archipiélago Balear. La conservación del mar y el litoral Balear es esencial para la prosperidad y bienestar de las islas. Poder contribuir en este proceso, aportando nuestro granito de arena en el Parque, e inspirar la empatía hacia la riqueza natural del entorno, es una gran oportunidad de la que estamos muy agradecidos.
Después de muchas semanas de trabajo, nos gustaría compartir con vosotros este proyecto en el que se unen algunos de los pilares que sustentan MARE: la fotografía, la educación como herramienta para conservar el mar Balear, y el fortalecimiento de las relaciones que constituyen nuestra comunidad.
Juntando educación ambiental, fotografía, arte “urbano” y mucho humor, nos hemos sumergido en el imaginario infantil para promover el comportamiento responsable en nuestra relación con el medio que nos rodea.
Teníamos la posibilidad de hacer un mural participativo de 30 metros cuadrados, en un espacio privilegiado, y queríamos que fuera un trabajo muy especial.
Empezamos la actividad con dos charlas en el propio centro escolar, una sobre Sa Dragonera (impartida por técnicos del Consell Insular de Mallorca) y otra sobre arte urbano y fotografía responsable. Allí debatimos cuál iba a ser nuestro propósito y cómo íbamos a resolverlo.
Decidimos que nuestra protagonista iba a ser Podarcis lilfordi giglioli, la lagartija de Dragonera, “sa dragoneta”, ese pequeño “dragón”, endémico del Parque Natural, que da la bienvenida a sus visitantes en los días soleados. Como si de un juego se tratase, nos preguntamos qué pasaría si sus dimensiones fuesen otras, si fuesen mucho más grandes, y eso nos hizo tomar conciencia de nuestro propio tamaño con respecto a las cosas pequeñas y cómo de peligrosos somos las personas para los seres vivos silvestres.
Tras estos talleres llegó la parte práctica, la que todos estaban deseando; la visita a Sa Dragonera. Cámara en mano y sin prisa fuimos conociendo a los diferentes habitantes de la isla, retratándolos con cuidado y aprendiendo a respetar sus espacios y sus tiempos; observando cómo cambian su comportamiento cuando somos nosotros los que nos adaptamos al suyo.
Como toda aventura que se precie, la nuestra no estuvo ausente de imprevistos y una avería en la hélice del barco, que nos llevó a la isla, nos hizo volver en lancha rápida, constituyendo un fin de experiencia que no defraudó a los más pequeños, algunos de los cuales nunca habían montado en un barco.
Con todas las fotos que hicieron, y solo con las fotos que ellos hicieron, construimos este mural que puede verse nada más llegar al puerto. Lo imprimimos en papel y lo pegamos al muro para que dé la bienvenida a los visitantes, antes de que lo hagan sus pequeñas compañeras.
Aunque lo habían visto en fotos, nunca hasta hoy habían visto su obra terminada y pegada en la pared. Ha sido un día muy especial para ellos.
El agua del mar que, por capilaridad, sube por las grietas del muro, desgastará y destruirá la intervención, pero lo aprendido permanecerá en sus cabezas por mucho tiempo.
Si una imagen vale más que mil palabras, una experiencia vale más que mil imágenes.